En el oficialismo se está pasando del predominio de los discursos genéricos a la disputa por las estrategias.
Lo que distingue al presente de otros momentos desde la conformación del gobierno, es que el futuro que se vislumbra ya no está contenido en los límites de esta administración y eso hace toda la diferencia.
El porvenir es ancho y no tiene por qué ser ajeno. Quién es lo han entendido primero son los socialistas porque arriesgan perder su posición privilegiada.
Saben bien que son el partido que entrega soporte a La Moneda, pero no pueden hacer de esta circunstancia su vocación última.
La puerta de salida de este cuatrienio está quedando a la vista
No quieren que la etapa final implique un desequilibrio de la gestión que se vuelva en contra de los que han mantenido en pie la estantería.
El gobierno ha sido un vehículo en la carretera que usa alternativamente los intermitentes, dando una señal para la socialdemocracia y otra para la izquierda más dura.
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En ocasiones este procedimiento resulta desastroso al contravenir iniciativas en curso que vienen del ala moderada, pero es algo inevitable porque de otro modo el Ejecutivo no podría mantener el respaldo de sus dos alas.
Mientras el futuro imaginable quedaba dentro de las fronteras de este gobierno, este “entendimiento” inestable podía ser mantenido por Boric porque no hay forma de contrapesar a la presidencia en nuestro ordenamiento institucional.
Pero no hay plazo que no se cumpla
Las oscilaciones en movimiento de péndulo del gobierno muestra que su verdadera definición es la indefinición y que su estrategia ha consistido en coquetear con dos estrategias alternativas, sabiendo que no se puede casar con ninguna sin enajenarse parte de su respaldo.
Hay una condición para que este juego se mantenga: que cada señal del péndulo permita el movimiento en reversa, es decir, dura hasta que una de las oscilaciones sea tan pronunciada que se salga del marco.
Ese movimiento amenaza con producirse con el anuncio de implementar la condonación del CAE
La frase empleada por la presidenta del PS, Paulina Vodanovic lo dice todo en breve: el anuncio de la condonación del CAE “es un ofertón que solo se hace con motivaciones electorales”.
Quiere decir que es una iniciativa que excede las posibilidades de implementarla y deja en riesgo otras prioridades.
Esto pone fin a un tipo de convivencia basada en señales alternativas que frenaban los avances que se podían tener, pero que no ponía en peligro las otras acciones en curso.
Ahora se considera que esto no sería posible
Así que Vodanovic habla de “populismo” para referirse a los promotores de esta iniciativa, de este modo acepta un debate público en el que no se van a utilizar eufemismos.
Obviamente, esto también se hace por motivos electorales. El PS piensa que proponerse objetivos irrealizables compromete el resultado del conjunto de elecciones que se tienen por delante y eso no le resulta aceptable.
Hay que notar lo decisivo del paso que se da
Se enfrenta la línea política de otros partidos, se acepta encarar este conflicto en lo público, se deja al Presidente fuera del conflicto y se acepta frenar una disidencia partidaria que no será baladí.
Tal parece que hay cosas que el soporte no soporta.
