Nacional y economía

Experimentos peligrosos Por Abraham Santibáñez

Abraham Santibáñez

Hasta ahora no se ha dado explicación alguna de porqué el tren chino fue cambiado de vía. El conductor del tren de carga y su ayudante murieron en el choque.

El trágico choque de trenes cerca de San Bernardo ha abierto no pocas interrogantes para las cuales no hay todavía respuestas claras.

La formalización del conductor del tren de pasajeros y al encargado de control de las vías por «cuasidelito de homicidio» y «lesiones graves» es solo el primer paso de una investigación que requiere tiempo y que debe dar seguridades a la opinión pública.

Nada de esto debió pasar, pero

El accidente se produjo cuando un tren chino -parte de una gran compra por parte de la empresa de ferrocarriles de Chile, EFE- era sometido a una prueba.

Por lo que se ha dicho, querían verificar los niveles de ruido a 120 kilómetros por hora. Para ello salieron de la estación Alameda en dirección al sur.

En sentido contrario avanzaba un tren de carga de Fepasa. Ambos convoyes habrían podido cruzarse sin mayores problemas gracias a la doble vía. Sin embargo, en algún momento, se movió el tren experimental a la misma línea del tren de carga.

El choque se produjo al sur de San Bernardo a las 01.

Hasta ahora no se ha dado explicación alguna de porqué el tren chino fue cambiado de vía. El conductor del tren de carga y su ayudante murieron en el choque.

Para la investigación, en la cual ya hay dos formalizados, se ha pedido que la haga un organismo internacional especializado.

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Es que, en casos de esta gravedad, sin importar la magnitud, es deseable no dejar cabos sueltos.

Hace años, cuando todavía existía la Unión Soviética, se contaba que, en un intento por probar la resistencia de un puente, se hizo pasar sobre él un convoy de camiones cargados… hasta que se derrumbó el viaducto junto con los vehículos.

Puede ser una fábula.

No lo fue, sin embargo, lo ocurrido en Chernobil en abril de 1986. Cuando se produjo un descomunal accidente durante una prueba en el reactor nuclear número 4.

Se debía realizar la simulación de un corte de energía eléctrica para verificar los procedimientos de seguridad.

Para ello debía operar el agua de enfriamiento del reactor hasta la vuelta de la energía. La tragedia se debió a una serie de errores comenzando por las fallas en la construcción del complejo y culminando con el agotamiento de los operarios que no tomaron todas las precauciones ni atendieron las alarmas.

En suma: corrupción más burocracia.

Este tipo de torpezas fatales deben ser investigadas y sancionadas. Pero nunca es tarea fácil. Por el contrario, puede ser peligroso, especialmente en una dictadura como la soviética.

Vladimir Legasov, el reputado científico que denunció las deficiencias en Chernobil, fue condenado al silencio.

Gravemente enfermo por la radiación recibida, se suicidó dos años después.

Hasta hoy, el tosco monumento de hormigón que cubre los restos de los reactores es el único recuerdo. Se demostró, a un costo exorbitante de vidas y bienes que no es buena idea hacer experimentos de seguridad en forma descuidada.

Ocurrió, hay que recordarlo, en territorio de Ucrania que, después del fin de la URSS, ha estado tratando de recuperar por la fuerza Vladimir Putin.

Es un precedente peligroso. Pero, felizmente, es también la gran diferencia con nuestro país.

 

Abraham Santibáñez
Premio Nacional de Periodismo 2015

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