El Gobierno rebajó este miércoles en una décima su previsión de crecimiento de la economía para 2023 hasta el 0,2% y pronosticó que la inflación promedio alcanzará un 7,8% interanual en medio del ajuste de la actividad local tras la recuperación post pandemia.
«Hay que decir que el segundo semestre de este año la actividad minera debería crecer de todas maneras, porque aparte de que hay factores más bien temporales que incidieron en la producción en la primera mitad del año, en la segunda mitad entra en operación Quebrada Blanca 2 y eso va a ser un empuje adicional a la producción», detalló el ministro de Hacienda, Mario Marcel, durante la presentación del informe en la Comisión de Hacienda del Senado.
«El ajuste (de la economía) ha sido eficiente, porque se ha concentrado en la demanda interna, donde los equilibrios eran más grandes», indicó sostuvo el secretario de Estado.
El ajuste, agregó, «es fruto de una política monetaria, apoyada también por la política fiscal, que permitió que la inflación haya bajado seis puntos y medio respecto a su punto más alto en agosto de 2022 (14,1% interanual)».
Para 2024, el Ejecutivo prevé un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,5%, mientras que en 2025 el crecimiento será de un 2,6%, según el último Informe de Finanzas Públicas (IFP).
INFLACIÓN A LA BAJA
Según las estimaciones del Ejecutivo, la inflación bajará hasta el 3,5% el año que viene, y entre 2025 y 2027 se situará por debajo de la meta del 3% que marca el Banco Central.
Con esas proyecciones, se estima que la deuda pública se situará en 183.727 millones de dólares en 2027, equivalente a un 42% del PIB.
Estas previsiones se sitúan en la parte alta de las últimas proyecciones del Banco Central, que en junio también moderó sus perspectivas estimando que el PIB variaría en 2023 entre un -0,5 y un 0,25%.
