Fuerzas yihadistas y milicias aliadas han entrado en Alepo, la segunda ciudad de Siria, tras una ofensiva relámpago contra el régimen de Bashar al Asad, respaldado por Irán y Rusia.
La acción, liderada por el grupo Hayat Tahrir al Sham, provocó los enfrentamientos más violentos en la región desde 2020, con más de 250 muertos según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, incluidos al menos 24 civiles. Los yihadistas han tomado el control de varios barrios y localidades importantes.
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La ofensiva comenzó el pasado miércoles, el mismo día en que entró en vigor un frágil alto al fuego en el vecino Líbano entre Israel y el grupo islamista Hezbolá, respaldado por Irán.
Según el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, milicianos de la organización yihadista Hayat Tahrir al Sham y sus aliados “han entrado en los barrios del oeste y el suroeste” de la ciudad.
Es la primera vez que la ciudad es atacada por fuerzas de oposición desde 2016, cuando fueron expulsados de los barrios orientales de Alepo tras una agotadora campaña militar con el apoyo de Rusia.
FUERZAS SOBRE EL TERRENO
Las fuerzas sirias, rusas e iraníes temen que la nueva ofensiva pueda llevar a los rebeldes a hacerse con el control total de la ciudad de Alepo, lo que supondría un duro golpe para Moscú y Teherán.
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Kioumar Pourashemi, habría muerto en las primeras horas de la irrupción en Alepo.
Además, los ataques aéreos rusos han sido feroces en la zona urbana de Khan Al-Asal, donde se encuentra una importante base de combustible del Ejército sirio.
En ese sentido, la agencia estatal turca Anadolu informó que los insurgentes de la oposición entraron en el centro de la ciudad de Alepo el viernes, pero no ofreció más detalles.
Al respecto, las Fuerzas Armadas de Siria dijeron que los yihadistas están violando un acuerdo de 2019 que redujo la intensidad de los combates en la zona.
