Seguridad ciudadana prioridad nacional. Hoy en día la inseguridad es igual en los espacios públicos como los privados.
Circular por las calles a pie o en vehículo, estar en nuestras casas, iglesias, al parecer es lo mismo, porque ningún espacio brinda seguridad. En el consciente colectivo el miedo a transitar, o el temor a ser asaltados mientras ingresamos o incluso cuando dormimos es algo inconcebible e impensado en tiempos pretéritos.
Pasan por nuestras mentes como añoranzas aquellos tiempos en que caminábamos libres por las calles sin temor alguno, disfrutando de nuestros pasos en seguridad total.
Sentíamos también, el respaldo de instituciones que aportaban a la tranquilidad validadas y respetadas en su quehacer de garantizar una vida placentera para la ciudadanía.
Esa paz nos permitía desarrollar una vida laboral motivada por la dicha vivir tranquilos en lo familiar y social.
¿Que pasó en nuestras vidas que todo eso cambio? ¿Qué pasó con nuestra apreciada libertad ? ¿Por qué nos cambió la vida dejando tanta desesperanza y desamparo? ¿Cómo volvemos a fortalecernos si las instituciones como la PDI y Carabineros de Chile se han debilitado ante la opinión publica? ¿De qué manera los gobiernos pueden establecer el orden generando un plan maestro que garantice la paz? ¿De qué manera se puede abordar la situación actual?
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Sabemos que el tema reviste gran complejidad y que son muchas las variables implícitas y los indicadores que debieran conciliarse para generar políticas de estado eficaces y eficientes.
Por ahora, sobre la contingencia, debemos establecer acciones preventivas y defensivas dónde la participación ciudadana es fundamental. Se hace necesario generar una maquinaria sistémica dónde instituciones y comunidad asuman roles específicos.
Quizás sea el momento de pensar en un ministerio que asuma el rol de la planificación, organización, dirección evaluación y control de políticas de Estado eficaces y eficientes.
Desde allí es solo posible avizorar un mejor futuro. Mientras tanto, las comunas buscan protección evaluando la instalación de casetas de seguridad en lugares estratégicos.
Diseñan cuadrantes peatonales para el centro de las ciudades desplazando los paraderos de la locomoción colectiva hacia perímetros más amplios y fuera del centro comercial para dejarlo más protegido.
Estan considerando incluir más luminarias en lugares vulnerables. Implementan gestores de seguridad para acompañar a los turistas, adultos mayores provenientes de cruceros, porque cada vez están más en riesgo de robos y asaltos. También se proyecta la instalación de mayor número de cámaras de vigilancia, ideal.
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Veinticuatro siete con centrales comunicadas con Carabineros o la PDI para un actuar inmediato. Y lo que está más de moda, están elaborando ordenanzas municipales para regular el horario de funcionamiento de las barberías y peluquerías, Incluso, están regularizando el uso de espacios para ferias artesanales con horarios controlados. . El control de identidad es también una practica del día a día.
Lamentable panorama que contrasta evidentemente con nuestra ansiada vida en libertad.
