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Defensoras incansables de derechos humanos ,buscadoras eternas de verdad y justicia

Andrea Bostelmann

Joan Jara
Chile ha tenido maravillosas mujeres que han dedicado sus vidas a buscar verdad y justicia para sus seres queridos. Estas son algunas de ellas.

El momento en que parte la búsqueda de verdad y justicia: “Lamento decirle que Víctor ha muerto. Encontraron su cuerpo en la morgue. Un compañero que trabaja allí lo reconoció. Le ruego que sea valiente y me acompañe para identificarlo”.

Ese día 18 de octubre de 1973 la vida de Joan Jara, Joan Turner de nacimiento, dio un vuelco. En un país que no era el suyo, recibía la noticia de que su compañero de vida, su amor profundo, padre de una de sus hijas, creador incansable, Víctor Jara había sido cruelmente asesinado por la naciente dictadura.

Joan falleció esta semana, el 12 de noviembre. Tenía 96 años y había pasado más de la mitad de su vida buscando verdad y justicia y desnudando los crímenes de la dictadura en nuestro país. Comenzó desde su exilio en Inglaterra, donde fue la primera presidenta de la “Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos en Chile” en Londres.

En Chile, desde su vereda como bailarina, la del arte y la cultura, vivió para preservar y ser la guardiana de la memoria de Víctor Jara.

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En su despedida, la acompañaron cientos de personas del mundo de la cultura, los derechos humanos y ciudadanos anónimos que siguieron el cortejo por el centro de Santiago. Hubo música, baile, aplausos.

Un masivo homenaje a una de esas maravillosas mujeres que en este país que han sido baluartes de fortaleza y búsqueda de verdad y justicia hasta su último día. Una lista llena de fuerza, determinación y amor.

Estas son algunas de ellas.

JOAN TURNER: “VÍCTOR ESTÁ SIEMPRE CONMIGO”

“Me he ganado el derecho a descansar junto a Víctor”, le dijo Joan a Jorge Coulón, del grupo Inti Illimani, cuando alguna vez éste le preguntó por qué después de exhumar a Víctor insistió en cambiarlo de lugar en el cementerio. Joan le respondió: “Porque creo que me he ganado el derecho de descansar junto a él”.

Y, sí.

Joan y Víctor Jara

La vida de la bailarina inglesa que llegó a Chile casada con el coreógrafo, bailarín y actor chileno Patricio Bunster, cambió diametralmente luego de su separación y de que su vida se cruzara con la del joven director de teatro y luego cantante y compositor Víctor Jara.

Formó parte del Ballet Nacional Chileno, fue maestra de danza, dictó cátedra en la Universidad de Chile.

El golpe de Estado y la violenta muerte de Víctor truncó todo. Joan, viuda, con dos hijas, partió al exilio a su patria de nacimiento.

A mediados de los ochenta regresó a Chile para fundar el Centro de Danza Espiral y después, a partir del retorno a la democracia, el libro Víctor, un canto inconcluso y la Fundación Víctor Jara, un sitio de memoria imprescindible para América Latina.

“La pensión estatal que me había concedido la Comisión Retting resultaría útil para ello. No compensaba la injusticia cometida, pero haría un buen uso de ella creando una fundación que, tras dieciocho años de censura, hiciera justicia de su recuerdo y preservara el patrimonio de su trabajo para futuras generaciones”, escribió en sus memorias.

Se transformó en un eje cultural que, además del constante trabajo en pos de la memoria, celebra todos los años el Festival Arte y Memoria, congregando diversas expresiones artísticas en el estadio Víctor Jara.

Joan Jara

Paralelo a eso estuvo la búsqueda de verdad y justicia, pues el caso que permaneció inmóvil en tribunales durante décadas. En 2009 Joan logró que exhumaran el cuerpo de Víctor para hacerle un nuevo análisis forense y que quedaran evidentes las causas de su muerte por asesinato.

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Por estos días, está por concretarse la extradición desde Estados Unidos de Pedro Barrientos, ex militar acusado de ser el responsable del asesinato del cantautor.

Joan Jara recibió la nacionalidad chilena por gracia de manos de la expresidenta Michelle Bachelet. En 2021 recibió el Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales por “su rol como creadora de escuelas de danza fundamentales y su potente trabajo en la descentralización de la disciplina”.

Los reconocimientos han sido múltiples. Como la canción Joan, del tercer álbum de estudio de Manuel García, en 2010. Un gesto hacia una de las grandes mujeres de la historia chilena.

En la que quizás fue su última entrevista, con el documentalista y redactor de Proceso, de México, Luis Alberto González Arenas, publicada en El Ciudadano, habló de sus sueños.

“En realidad yo sueño despierta, pensando en todas las cosas que no he hecho. Pienso en que he conocido a gente maravillosa y otros también no tan maravillosos. Yo agradezco la vida que he tenido, donde he conocido mucha gente que admiro mucho. He hecho todas las cosas que realmente quise hacer en mi vida, yo creo que he cumplido con todos. O sea, estoy lista para morir, no tengo problema para eso y agradezco que he tenido una vida muy entretenida, no sé si “entretenida” sea la palabra, pero es la que me salta a la cabeza. Una vida muy rica, llena de personas y gente linda que he conocido. Si existe Dios, le doy gracias por la vida que he tenido. Es algo que me salta fuerte a la cabeza en esta etapa. A veces me ha llegado la pregunta: ¿qué más quieres? ‘No, ‘ta bueno’, me contesto”, relató.

–¿Piensas en Víctor?, ¿te sientes cerca de él?

–¡Oh, está siempre conmigo!, no sé cómo aguanta.

–¿Conversas con él?

–No en voz alta, no. Pero en mi mente, sí.

–¿Es quizá una comunicación más íntima?

–Sin duda, Víctor está por aquí…cerca.

 

ANITA GONZÁLEZ DE RECABARREN: “MUERO UN POCO CADA DÍA”

Entre el 29 y 30 de abril de 1976, cinco miembros de la familia de Anita González de Recabarren  fueron secuestrados en diversas circunstancias. Hasta hoy están desaparecidos su esposo, Manuel Recabarren, sus hijos Manuel Guillermo y Luis Emilio junto a su mujer, Nalvia Rosa, embarazada de su nieto, entonces de tres meses. Solo su otro nieto, Luis Emilio «Puntito» Recabarren Mena, de 2 años en ese entonces, regresó vivo.

Anita González de Recabarren

“Yo sufro por los mágicos y soñadores 21 años de mi nuera Nalvia, embarazada de tres meses, por mis hijos Luis Emilio y Mañungo, y por mi esposo Manuel. Todos ellos fueron detenidos y ocultados en el fondo de la tierra. Pero yo no sufro sólo por mi dolor de ausencia, muero un poco cada día al pensar lo que mis amados sufrieron, en la más completa indefensión”, relató en su última entrevista, publicada en la Revista Palabra Pública de la Universidad de Chile.

Anita González dedicó más de cuarenta años a buscar verdad y justicia. También reparación. Hasta el día de su muerte, el 26 de octubre de 2018, a los 93 años.

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Lo hizo desde la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), donde fue una de sus principales dirigentes. Con ellas compartió marchas y protestas en dictadura, encadenamientos en el antiguo Congreso Nacional y una huelga de hambre en la Cepal. Con ellas denunció las violaciones a los derechos humanos en Chile a diversas instituciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Cruz Roja Internacional, la Comisión Internacional de Juristas, la Santa Sede, Amnistía Internacional, entre otras,​ portando siempre la imagen de sus familiares desaparecidos.

Anita González de Recabarren

Al regresar a Chile de uno de esos viaje, ella y sus compañeras fueron expulsadas y condenadas a exilio. Sin embargo, “la firme decisión de volver al país y la presión internacional y nacional obligaron a la dictadura a permitir su retorno”. En febrero del 1978, Ana volvió al país. Y siguió luchando por verdad y justicia, siguió buscando.

«Ver la lucha de las que ya tenían detenidos desaparecidos, su experiencia, apagaban las esperanzas de encontrar con vida a los míos, pero nunca se extinguió el sueño. Nunca, hasta ahora he dicho esto se acabó. Yo sé que vivos no los vamos a encontrar, es obvio, pero sobrevivimos para dar testimonio para que nunca más suceda esto en Chile», relató sobre los años en que gran parte de su vida transcurría en la Vicaría de la Solidaridad, en una entrevista poco antes de morir.

 SOLA SIERRA: “LUCHO TODOS LOS DÍAS”

En 1976, Waldo Pizarro, marido de Sola Sierra, fue detenido y desaparecido por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Nunca más se volvió a saber de él.

Sola Sierra

Este hecho marcó un antes y después en su vida. Se unió a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), que se encargó de denunciar ante las instituciones internacionales las violaciones a los derechos humanos llevadas a cabo por el régimen militar a través de diferentes acciones y pedir verdad y justicia. Fue el rostro más visible y la voz más autorizada, siempre seria y vestida generalmente de gris.

Fue fundadora de la Comisión Chilena de Derechos humanos y cinco veces presidenta de la AFDD, entre noviembre de 1977 y su muerte, en 1999, a los 64 años​, producto de una complicación en una operación.

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Durante la campaña por el No para el plebiscito de 1988 ella bailó la Cueca Sola. Un hito que desde antes se transformó en canción en la voz del inglés Sting, con su canción Ellas bailan solas, «un gesto increíble de dolor y protesta. Pero es una forma femenina de combatir la opresión. La forma masculina es quemar autos y tirar piedras. Pero la forma femenina es mucho más poderosa. Porque, ¿Qué puede hacer la policía? Estas mujeres solo están bailando», dijo el exThe Police sobre la importancia de este baile y la búsqueda de verdad y justicia.

Sola Sierra

En 1998 Sola Sierra participó en los alegatos que pidieron la extradición de Augusto Pinochet, quien se encontraba detenido en Londres, para que fuera juzgado en Chile por crímenes de lesa humanidad.

“Nunca he podido hacer duelo. Todavía imagino que algún día golpearon a la puerta y él llegará. A veces, fantaseo que Waldo está en una cárcel secreta y que lo pueden soltar. Uno se inventa historias para seguir pensando que la persona está viva”, dijo en entrevista para el Centro de Estudios Miguel Enríquez.

“Lucho todos los días para que este país cambie y e enfrente, por doloroso que sea, a la verdad, a la tragedia que vivió. Esta tragedia nos atravesará siempre. La nación está enferma, hay falsedad, un doble estándar, lo que se dice no es lo que se hace”, agregó.

-¿Cómo le gustaría que la recordaran los chilenos?

Simplemente como una mujer que hizo lo que tenía que hacer.

-¿Le teme a la muerte?

-La gente se muere y se convierte en polvo. Lo que queda es lo que esas personas fueron.

 

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